La aseguradora actúa como un departamento de gestión de riesgos: estudia, analiza y clasifica a cada cliente de sus asegurados y notifica qué líneas de crédito comercial quedan cubiertas por el seguro de crédito y hasta qué importe.
Estas clasificaciones, que permiten a los asegurados conocer la valoración de riesgo sobre sus clientes y potenciales, quedan garantizadas por la indemnización dentro de las garantías recogidas en la póliza.
Asimismo, el seguro de crédito lleva asociado una serie de beneficios como la posibilidad de diseñar estrategias de crecimiento, abrir nuevos mercados y clientes y monitorizar la evolución de la empresa y la cartera de clientes.